Bodas de Oro: 50 años de pasión
Hiram Montalvo inició su caminar en la pintura a principios de los años setenta, heredando el interés internacional por lo abstracto; estilo desarrollado en los años sesenta que en Estados Unidos recibió el nombre de Expresionismo Abstracto y que rápidamente se esparció por el resto del mundo.
Sus pinturas de este periodo presentan áreas texturizadas de colores difuminados con suaves veladuras, interrumpidas en su mayoría por grietas que parecen rasgar conceptualmente la obra. Estas incisiones, que formalmente toman protagonismo visual, van desvelando figuras que, irónicamente surgen precisamente de esos espacios inidentificables que pretenden en su abstracción, excluir al sujeto.
De manera sistemática, y en el proceso de desarrollar su imaginería y lenguaje particular con un cuerpo de trabajo cohesivo, Montalvo va perfilando su preferencia a la inmersión en su psiquis (psique=alma). Al explorar universos internos que afloran de manera espontánea durante la factura de su obra plástica, el artista incide en la forma, y admite figuras identificables que aún están conectadas al entorno amorfo que les da origen pero que nacen del subconsciente del artista, en el intento constante de encontrarse a sí mismo. Es precisamente este proceso espontáneo de creación, el que pone de manifiesto el acceso a “información que en ocasiones no comprendo pero que de algún modo (con el tiempo y con la ayuda de los espectadores) me es dado entender o al menos atisbar.” *
El 8 de diciembre del año pasado, tuve la oportunidad de visitar el taller/hogar de Hiram para hacer un escogido preliminar de la obra a exhibirse. Y lo escribo en ese orden: primero taller y luego hogar, porque ese espacio interior que habita y que le sirve de refugio, es el feliz depósito de procesos, vivencias y experimentaciones que no concluyen. Al contrario, están vivas y se mueven ágiles por sus recovecos, con decisión y voluntad propia. “Todavía hoy siento que el proceso de pintar es definitivamente un intercambio entre mi energía y otras que registro a manera de radar.” **
Hiram insiste en que la necesidad de crear le surge del deseo de emular a Dios, “de acercarnos a la verdad, de tocarla, de nombrarla y cambiarla de lugar si es posible. ¿Qué perseguimos con eso? En mi caso me persigo a mí mismo; deseo saber más sobre dónde está mi esencia, mi centro, eso que me hace parte de algo más grande, más capaz.” **
En el proceso de observar y seleccionar las piezas que aquí se exhiben, descubrí que ese intento del artista de escudriñar en su interior tiene las consecuencias deseadas de revelar lo intimo de su ser. Las historias que se hilan dentro de cada obra y que se conectan como células similares que cumplen una función específica, forman órganos vitales (otras obras), que con su tejido conectivo sostienen a las demás y las une en una danza silente que, ante mis ojos, representa la esencia de la vida misma.
Hoy celebramos sus cincuenta (50) años de creación artística, con una muestra que es el resultado de un proceso intuitivo, pero a la vez intencional, de conocerse y reconocer universos paralelos que afloran durante el trance del proceso creativo y que caprichosamente se acomodan en sus obras, a través de un trazo, una pincelada o un gesto de la espátula.
¡Enhorabuena Hiram! Te celebramos honrados.
Héctor L. Maldonado Rivera
Coordinador de la Galería de Arte-UPR Carolina
* Montalvo, Hiram, 2002. Joyas: Miniaturas de H. Montalvo, Publicado por Monte Albo.
**Montalvo, Hiram, 2021. Ventanas en el Tiempo, Editorial Luscinia C.E.